Un mito que enferma
La salud, en un sentido filosófico, es considerada por una gran parte[1] de la población como un derecho de todos, y “derecho”, en términos reales, significaría que se necesita una garantía para asegurar que todos gocen de salud[2] (Kaiser). Pareciera inocuo en principio y hasta ético decirlo. Sin embargo, no existe la posibilidad de obtener tal cosa, simplemente porque la salud no depende en un 100% del accionar humano, su intervención o su abstención. Con un análisis mínimo, esta afirmación de salud como un derecho, no se sostiene. Salud como derecho significa que la persona que consume el servicio no paga por él por sí mismo, sino que se sostiene de los demás ciudadanos para pagar por él; ya que la otra medida sería que el personal trabaje de gratis (como sucede en nuestro país, donde los médicos recién graduados son obligados a trabajar gratis un año o dos, si no olvidamos su trabajo en Internado). Vemos que no tiene nada de inocuo y nada de ético calificar a la salud como un derecho.
Dicho de otro modo, hay personas que pagan por servicios que no reciben. Un grupo que recibe atención médica gratuita necesita que otro grupo la pague para que la atención sea ofrecida por terceros. Si los que están obligados a pagar por la salud de otros fueran tratados como sus esclavos no habría nadie estudiando en las facultades de medicina por la inmoralidad explícita del caso. Sin embargo, los gobiernos han hecho excelente trabajo para convencernos de que la salud es un derecho en lugar de un bien o servicio, generosamente se ofrecieron como intermediarios diluyendo así la noción de esclavitud. Los políticos son expertos en hacer creer que los tratamientos médicos serán gratuitos para todos. Las trabas burocráticas, las medidas gubernamentales, regulaciones, normativas tributarias y otras leyes que dicen que servicios se deben dar por obligación en un plan de salud y como han de darse tienen un efecto negativo en la prestación de servicios médicos. Todos tenemos derecho a buscar tratamiento[3].
La interrelación entre la pobreza y salud es clara: los pobres tienen más problemas de salud[4], y más problemas de salud incrementan la pobreza. En nuestro país, hasta el 2016 se conoce que 30.9% viven en pobreza y 6.9% viven en pobreza extrema[5], es un nivel que coincide con el promedio latinoamericano[6]de pobreza y pobreza extrema de 30,2% y 10% respectivamente. Sin embargo, estas cifras parecen no incluir a la inmigración[7]que representa un consumidor importante de los recursos de salud pública.
Por supuesto, ningún programa político puede ser exitoso si deja de lado el sector salud. Pero tomando una postura filosófica es muy fácil que se utilice el concepto de ‘salud’ como una herramienta para expandir el estatismo, apelando a los anhelos[8]más profundos del ser humano de obtener seguridad, en este caso en el aspecto de la sanidad de forma que este justifique cualquier incursión sobre el derecho de propiedad de los ciudadanos.
Puntualizando, la salud es un recurso costoso que algunos pretenden se obtenga de forma totalmente gratuita, pero alguien siempre paga por tal recurso. También, existe el conflicto de la imposibilidad de ‘garantía de salud’, pues a veces, aun utilizando todos los recursos disponibles, la salud no se recupera, muchas veces ni compele mejoría apreciable para el individuo enfermo. Es entonces, imperativo que nos acostumbremos a la idea de que no es posible obtener la llamada ‘garantía de salud’ por parte de nadie, mucho menos del gobierno.
De esta manera, es posible que veamos la Salud como el bien económico que realmente es, y podamos expandir su alcance, mejorar su calidad y al mismo tiempo, exigir innovación. Para esto resulta necesario evaluar las medidas tomadas a nivel local, compararlas con la región y el mundo y en base a nuestra realidad dar una respuesta. Nuestra próxima entrega tratará esos aspectos de la realidad del sector salud en República Dominicana y el mundo.
[1]https://www.thelancet.com/action/showPdf?pii=S0140-6736%2813%2961590-1
[2]https://www.sanders.senate.gov/newsroom/press-releases/sanders-14-senators-introduce-medicare-for-all[3]https://misesreport.com/la-salud-es-un-bien-economico-no-un-derecho/
Kaiser, A. (s.f.). La Tiranía de la Igualdad. 2017: Deusto.
[4] Wagstaff, A. (2002). Pobreza y desigualdades en el sector de la salud. Revista Panamericana De Salud Pública, 11(5-6), 316-326. doi:10.1590/s1020-49892002000500007
[5] Oficina Nacional de Estadística (ONE) . (2020). One.gob.do. Retrieved 7 January 2020, from https://www.one.gob.do/sociales/pobreza-asistencia-social-y-condiciones-de-vida/pobreza
[6] Crece la pobreza extrema en América Latina. (2019). Noticias ONU. Retrieved 7 January 2020, from https://news.un.org/es/story/2019/01/1449412
[7] Gobierno dominicano invierte más de RD$3,000 millones en servicios médicos a extranjeros. (2017). Periódico elDinero. Retrieved 7 January 2020, from https://www.eldinero.com.do/47546/gobierno-dominicano-invierte-mas-de-rd3000-millones-en-servicios-medicos-a-extranjeros/
[8] BSP, S., MUGS, C., BAGS, T., Products, P., PAGES, W., Powers, M., & Spearman, O. (2014). Why are People Attracted to Giveaways – The Science of FREE. Blue Soda Promo Blog. Retrieved 7 January 2020, from
https://www.bluesodapromo.com/blog/why-are-people-attracted-to-giveaways-the-science-of-free/
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